Historias del tabernero, parte II: Un misterioso cliente

Historias del tabernero, parte II: Un misterioso cliente

Era una noche ajetreada, como lo eran todas. Grupos de aventureros y héroes se amontonaban entorno a una calurosa partida de Hearthstone en la sala común de la taberna. Según se aproximaban las rondas finales, la tensión se hacía más y más palpable. Concentrados al máximo, ambos oponentes observaban su mano. Los espectadores se retorcían nerviosos y contenían el aliento con cada jugada, confiando en que su jugador preferido se alzara con la victoria.

El grito ahogado y el sentido aplauso que acompañaron a las épicas jugadas finales fueron rápidamente reemplazados por risas, charlas y el entrechocar de las jarras celebrando el resultado. El ganador se vanagloriaba con júbilo frente a la muchedumbre, mientras su rival reflexionaba una y otra vez sobre sus jugadas, intentando averiguar qué había ido mal. El tabernero se sonrió mientras limpiaba la barra; esa noche, como todas las noches antes, había presenciado el comienzo de una de esas emocionantes historias con las que los clientes entretienen a sus amigos.

Todas las miradas se volvieron hacia la puerta cuando esta se abrió, y las cabezas se inclinaron en un saludo poco efusivo hacia el recién llegado. Algunos mantuvieron la mirada en la puerta y, poco a poco, el alboroto que reinaba en la taberna se convirtió en un murmullo susurrante. El tabernero levantó la mirada con curiosidad por saber qué podría haber acabado con la energía que hasta hacía un instante inundaba el ambiente.


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Una imponente figura de anchas espaldas se alzaba en la puerta. Los clientes entrecerraron los ojos para adaptarse a la luz de fuera e intentar reconocer al recién llegado. Se produjo un breve momento de tensión y titubeo; nadie hablaba ni se movía.

El repentino silencio se vio roto por la risa cordial y calurosa del tabernero cuando es este comenzó a hacer gestos hacia el forastero para que entrara. Los clientes comenzaron a reír contagiados por sus carcajadas. Las jarras se alzaron de nuevo mientras gritos de desafío se alzaban esperando ser atendidos.

¡Ah, la de historias que se contarían esa noche!



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