¡Vamos! ¡Entra!
El elixir
¡Antes de nada, un aperitivo de lo que te espera si decides «mezclarte» con el Kabal!
¡¡¡No te la bebas!!! Era una metáfora. Pero, si tienes sed, puedo ofrecerte una Kaza-Kola. La prepara Kazakus en persona y la bebe todo el mundo. ¡Está fresquita y es deliciosa! ¡Ah! Lo que me recuerda... ¿Cómo podré satisfacer mejor todos sus antojos?
Al menos has demostrado ser lo bastante valiente y tener esa sed de experimentar que precisa el Kabal. Bajo la tutela de Kazakus, hemos aprendido a producir toda clase de pociones. Bajo su guía, nos hemos convertido en maestros mezcladores y creadores de pociones tan potentes que petrifican a nuestros patéticos oponentes. ¡Tan resplandecientes que hacen rabiar a los rivales! ¡Tan explosivas que...! ¿De qué estaba hablando? ¡¡¡Da igual!!!
El Kabal
En el Kabal recibimos con los brazos abiertos a aquellos a los que desprecian en otros sitios. Somos sacerdotes, magos y brujos proscritos, con métodos demasiado extremos para nuestros colegas. Tanto reparo por pequeñeces como las mutaciones, la toxicidad o los efectos secundarios... ¡A esos cobardes les falta visión! ¡Nuestro poder llega a su máximo cuando tenemos una sola copia de cada carta! En el Kabal abrazamos el poder, ¡al precio que sea!
La alquimia es divertida, pero cuesta una pasta. Así que nos hemos hecho fuertes en los muelles, y controlamos el megamercado de Gadgetzan. No es una fortaleza secreta en un volcán, pero nos facilita traficar con los ingredientes que necesitamos para nuestros brebajes más exóticos, y a nuestros mensajeros les resulta más sencillo distribuir la mercancía a los sedientos compradores de toda la ciudad. Pero solo pasamos la bebida mala. La mejor, nos la quedamos.
Cuando llegues a la inevitable conclusión de que tu único camino hacia la verdadera maestría es el nuestro —venga, tómate otra Kaza-Kola fresquita...—, tendrás que vestirte como es debido. Las túnicas rojas y moradas lo petan. A algunos nos gusta visitar a la maestra tatuadora Solia para que nos haga uno de sus gloriosos tatuajes carmesís relucientes. Sus diseños no solo muestran tu dedicación al Kabal: también se pueden usar como luz nocturna o como reserva de poder, en caso de problemas. ¡Son la pera!
El maestro
No se sabe mucho de nuestro amado líder, el maestro alquimista Kazakus. ¿¿¿A quién le importa??? Lo que cuenta son sus inmensos conocimientos sobre la alquimia y lo arcano, y el delicioso poder que nos ofrece nos ha sometido a él. ¡¡¡Sorprendido!!! Nos ha sorprendido, eso. Hay quien dice que un potinguero de tres al cuarto no puede tener tal conocimiento, y algunos son lo bastante necios como para hacer correr rumores de que es en realidad un dragón, un demonio u otro ser poderoso disfrazado.
¡¡¡Mentiras!!! ¡¡¡Patrañas!!! ¡¡¡Difamación!!!
¡Tal vez sea todo cierto!
¡Nadie lo sabe!
Esto... ¿Qué?
Los otros
Ya habrás oído hablar de esos brutos bellacos, los Matones Mugrientos. Y no me cabe duda de que los agentes del Loto de Jade te dejarán muy pronto alguna nota críptica e irritante bajo la almohada, o algo parecido. Ellos no pueden ofrecerte lo que tiene el Kabal: poder de verdad. ¡En una botella!
Sé que elegirás lo correcto.
La ciudad
Tendrás que conocer hasta el último rincón de Gadgetzan para servir al Kabal, así que corre a informarte en el sitio oficial. Seguro que quieres contar con un laboratorio en condiciones, así que harías bien en aprovisionarte comprando de forma anticipada un pack de cartas de Mafias de Gadgetzan. ¡Ardo en deseos de ver los resultados de tus experimentos!
¡¡¡Mira!!! Aquí podrás conocer todas las nuevas cartas de Mafias de Gadgetzan, según se vayan presentando. Estúdialas bien. ¡En el Kabal sabemos que el conocimiento es poder!