Bienvenido a los suburbios, joven. Nos hemos enterado de que estabas buscando una familia a la que unirte, así que has venido al callejón adecuado. Somos los Matones Mugrientos, la familia más dura de Gadgetzan, y vamos a ser los que se adueñen de esta ciudad.

Va, espérate un momento y te explicaré de qué va la cosa.

El Don
Primero, nuestro distinguido líder, el ogro bicéfalo Don Han'Cho.

Han es una mente criminal, un verdadero genio. ¿Y Cho? Bueno, Cho no es el hacha más afilada de la armería, pero pelea como un kodo desenfrenado. Más bien como una estampida de kodos fuera de control. Tal vez hayas oído que los ogros bicéfalos tienen habilidades mágicas, pero Don Han'Cho no. El Don no necesita magia porque nos tiene a nosotros, los Matones Mugrientos. También hemos hecho cosas buenas por él. Todos esos robos, extorsiones, chantajes... Ya sabes, todos los buenos delitos. Por no mencionar nuestra especialidad: el contrabando de armas.

Pensarás que Don Han'Cho lo tiene todo: acaba de comprar el Primer Banco de Gadgetzan, se lleva su tajada del botín con el que se trafica en el Emporio de Gadgetzan y dirige con puño de hierro los suburbios. Créeme, los suburbios son solo el principio, colega. Don Han'Cho se está preparando para tomar el poder de forma hostil en Gadgetzan, así que ha estado reclutando a saco nuevos matones y almacenando armas. Ni te lo puedes imaginar. Ahora cuenta con los matones y tiene arsenales por todas las callejuelas y escondrijos de esta ciudad.

Cuando llegue el momento, sabrás que los Matones Mugrientos estarán preparados.

Las armas
¡Esta es mi parte favorita de ser un matón! Tenemos armas. Y cuando digo armas, me refiero a armas de las gordas, con alguna que otra tecnología brutal incluida.

Nosotros, los Mugres, siempre intentamos hincarle el diente al equipo antes de meternos en una trifulca. Pues eso, aquí te explicamos cómo funciona: cuando se juega a un matón, se hacen los preparativos para que sus refuerzos consigan algunas de las armas escondidas en Gadgetzan. Eso puede traducirse en poderosos beneficios para los esbirros de tu mano. ¡Ya verás cuando eches un vistazo a la mercancía del alijo privado de Don Han'Cho!

Los matones
No cualquier pringado o pringada puede convertirse en un Matón Mugriento, joven.

¿Eres fuerte? ¿Te las puedes apañar en una pelea violenta? Bien. También tienes que saber apañártelas con las armas, ya que con ellas aventajas (ja, ¿lo pillas?) a los imbéciles que intentan apoderarse de nuestra ciudad. Tener estilo es un punto a favor. Hablamos de sombreros, prendas de rayas, chalecos, tirantes... Ese tipo de cosas. No es obligatorio, pero te ayuda a mantener el frescor cuando el plomo empieza a volar, y con clase y todo.

Somos tipos duros. Eso significa que tenemos cazadores, guerreros e incluso paladines. Los guerreros son tipos agresivos por naturaleza, 

Los cazadores son tiradores espectaculares, y no hay mejor sicario que un paladín cabreado. Ellos se aseguran de que todos cumplan las normas en los suburbios. Nuestras normas.

A lo que vamos: algunas cartas tienen el símbolo de los Matones Mugrientos justo debajo del coste de maná. Es como un par de garrotes con pinchos. Si una carta tiene este símbolo, puedes añadirla a un mazo de cazador, guerrero o paladín. Brutal, ¿eh?

Los otros tipos
Se dice por ahí que los otros tipos, unos pirados y contrabandistas de pociones llamados el Kabal y las escurridizas comadrejas* del Loto de Jade, te enviarán un reclutador. No pasa nada: escucha lo que tengan que decir, olvídalo todo y vuelve con nosotros. Te cuidaremos bien. Los Mugres permanecen juntos, ¿o no?

Aquí tienes una muestra de nuestro agradecimiento por habernos visitado primero a nosotros:

El final
Para estar al tanto de todas las novedades de Mafias de Gadgetzan, consulta la página oficial. No te olvides de reunir tu propio arsenal. ¡Prepárate para darlo todo en las calles con la compra anticipada del pack de sobres de Mafias de Gadgetzan!

Y hablando de eso, podrás ver todas las cartas nuevas de Mafias de Gadgetzan cuando las publiquen en el caralibro, o como quiera que se llame.     

*Comadrejas de verdad, no os lo toméis a mal.