El legendario Uther el Iluminado fue un campeón de la Luz y el primer Paladín de los Caballeros de la Mano de Plata que juró defender a la Alianza de Lordaeron de toda amenaza. Considerado uno de los mejores caballeros de la historia, Uther era sabio, devoto y un verdadero símbolo de esperanza para sus aliados.
El reino de Ventormenta solía ser una tierra de paz y prosperidad. Pero esa era de tranquilidad llegó a su fin abruptamente cuando los orcos invadieron Azeroth desde el Portal oscuro, una puerta mágica que conectaba el mundo de Azeroth con Draenor, el hogar de los orcos. Los orcos asaltaron el reino de Ventormenta, deseos de saquear y conquistar esas tierras. Así comenzó lo que hoy se conoce como la Primera Guerra.
Los clérigos de Villanorte tomaron las armas para defender sus tierras de la invasión orca, pero pronto comprendieron que derrotar a esos seres malignos que los amenazaban no iba a ser una tarea fácil. La orden sagrada de clérigos sufrió muchas bajas yaque, a pesar de su fortaleza de espíritu, carecían de entrenamiento militar formal y tenían un conocimiento muy limitado del arte de la guerra.
El arzobispo Alonsus Faol formó una nueva orden que combinaba los poderes destructivos y restauradores de la Luz con el estricto entrenamiento marcial de los caballeros, y eligió a su aprendiz Uther como primer miembro de la nueva orden. Estos caballeros sagrados tomaron el nombre de "Paladines", y Uther recibió el título de Primer Paladín.
La orden iniciada por el arzobispo Alonsus Faol se hizo conocida como la Orden de la Mano de Plata. El arzobispo reclutó caballeros dispuestos a aprender a usar la Luz y clérigos listos para tomar las armas en nombre de su noble causa. Por su potente combinación de poderes sagrados y pericia en el combate, los Paladines llegaron a ser adversarios increíblemente formidables en el campo de batalla, y entre ellos Uther era el más grandioso de todos.
Después de la Primera Guerra, muchos de los sobrevivientes de Ventormenta viajaron a Lordaeron para buscar la ayuda y protección del Rey Terenas Menethil II. El líder de Lordaeron formó alianzas entre los reinos humanos con el objetivo de que lucharan juntos contra la Horda orca que infestaba las tierras.
Los orcos asaltaron una gran cantidad de ciudades y puntos estratégicos a lo largo y a lo ancho de los Reinos del Este, mientras la Alianza daba todo de sí para detenerlos. Sin embargo, no todos los reinos humanos de Lordaeron se unieron a la causa de la Alianza. El reino de Alterac, liderado por Lord Perenolde, decidió, en cambio, llegar a un acuerdo con la Horda por miedo a que, cuando el humo de la batalla hubiera disipado, los orcos hubieran vencido a la nueva Alianza. Esta traición desestabilizó la Alianza y llevó a un intento de asesinato contra Uther.
Lentamente, las fuerzas de la Horda fueron perdiendo su brío contra la creciente Alianza. Haciendo un esfuerzo inconmensurable, la Alianza asaltó una importante fortaleza de la Horda ubicada en las Estepas Ardientes. Uther y sus Paladines formaron el frente de ataque en la batalla de la Cumbre de Roca Negra, después de la cual el gran Paladín recibió el epíteto de "el Iluminado".
Luego de capturar al Jefe de guerra de la Horda, la Alianza presionó a los orcos y los llevó hasta su último bastión defensivo: el mismísimo Portal oscuro. El general Turalyon comandó el ataque de la Alianza contra los orcos en el Portal oscuro, en lo que se considera la batalla más feroz de la Segunda Guerra. El lado de Azeroth del Portal oscuro quedó destruido, en parte gracias a la bravura y habilidad de Uther el Iluminado y la Orden de la Mano de Plata.
Después de la Segunda Guerra, Uther continuó sirviendo valerosamente a la Alianza y a su gente, formó nuevos Paladines para la Orden y fue un gran ejemplo para todos los que buscaban convertirse en caballeros y clérigos en los Reinos del Este. Uther aceptó la tarea de ser mentor del hijo del Rey Terenas, el Príncipe Arthas Menethil, un joven con gran potencial, para enseñarle las costumbres de los Paladines. Arthas y Uther entrenaron juntos durante años y llegaron a considerarse parte de una misma familia.
Cuando comenzó la Tercera Guerra, Uther fue convocado y se encontró con la joven Jaina Valiente. Jaina traía noticias nefastas: la misteriosa peste que devastaba al reino estaba convirtiendo a los infestados en una Plaga de no-muertos, y un ejército aparentemente infinito de víctimas de la horrenda enfermedad estaba atacando la Vega del Amparo. Uther y los Paladines llegaron justo a tiempo para ayudar a Jaina y a Arthas, y juntos lograron salvar la Vega del Amparo.
En su afán de salvar al reino, Arthas avanzó hacia Stratholme, pero llegó demasiado tarde: los ciudadanos habían consumido granos corrompidos, el veloz y eficiente mecanismo utilizado para diseminar la peste por todo el reino, y pronto se convertirían en parte de la Plaga. Arthas ordenó que Uther y los Caballeros de la Mano de Plata destruyeran la ciudad y a todos los pobladores inocentes con ella. Uther se negó rotundamente a cumplir con las órdenes del joven príncipe y le dijo que jamás obedecería un pedido semejante, ni aunque Arthas fuera el mismísimo rey. Furioso, Arthas acusó a Uther de traición, lo expulsó del mando de los Caballeros de la Mano de Plata y ordenó que todos aquellos leales a Lordaeron se unieran a él para purgar a Stratholme del mal inminente. Uther reunió a los Paladines que todavía le guardaban lealtad y abandonó Stratholme, mientras Arthas seguía adelante con sus atroces maquinaciones.
Uther informó al Rey Terenas Menethil sobre las acciones inhumanas de su hijo en Stratholme y, con mucho dolor, ambos reconocieron que el juicio, y tal vez la cordura de Arthas estaban flaqueando. Terenas envió a un emisario para ordenar la retirada de la expedición de Arthas en Rasganorte y el regreso de su ejército al reino de Lordaeron.
Arthas regresó al poco tiempo y todos los pobladores de Lordaeron celebraron su llegada. Sin embargo, tanto ellos como Uther quedaron anonadados cuando Arthas tomó la hojarruna maldita, llamada Agonía de escarcha, y asesinó a su padre en el salón del trono de Lordaeron.
Uther había perdido a su rey y uno de sus amigos más queridos, por eso juró proteger en persona los restos de Terenas, ubicados en una urna ceremonial en Andorhal. Pero no sería una misión fácil para Uther y la Orden de la Mano de Plata. Arthas, ahora convertido en un caballero de la muerte, invadió la ciudad con su ejército de no-muertos con el objetivo de tomar la urna de Terenas para sus propios fines oscuros. A pesar de que llevaba las de perder, Uther no dio marcha atrás y resistió valientemente y con gran temple los embates del caballero de la muerte para defender los restos de Terenas en una batalla que quedó sellada en la historia. Uther perdió la vida a manos de su antiguo pupilo, a quien había sabido amar y cuidar como a un hijo.
La tumba de Uther, luz de esperanza en una tierra antaño ocupada por la oscuridad, puede encontrarse en las Tierras de la Peste del Oeste.
Su legado perdura en las acciones y las enseñanzas de los Paladines, los valientes defensores de la Luz de Azeroth.
La leyenda de Uther perdura en Hearthstone, y sus enseñanzas sobre la Luz (y cómo blandirla) continúan brillando en todos los Paladines de la actualidad. Una de las habilidades esenciales del Paladín, Bendición de protección, erige un Escudo divino alrededor de un esbirro y lo protege de una sola fuente de daño. Protege a tus esbirros de las fuentes de daño más devastadoras con Bendición de protección, ¡seguro te lo agradecerán!
Esperamos que hayas disfrutado de la historia de Uther y de la descripción de su función en Hearthstone. ¿Sobre qué clase te gustaría leer en nuestra próxima entrega? Déjanos tu opinión en la sección de comentarios a continuación.
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