Los males ancestrales han despertado de su eterno letargo para estirar los tentáculos y sembrar el caos entre los mortales de la mano de la expansión más reciente de Hearthstone: Susurros de los Dioses Antiguos. Ahora es momento de profundizar un poco y develar algo más acerca de las mentes que controlan estas horrendas extremidades.
Con nuestra modesta biblioteca de lo horripilante ya has aprendido sobre la crueldad de C’Thun, la maldad de N’Zoth y los estragos de Y’Shaarj. Confiamos en que, a esta altura, te hayas aficionado a los saberes prohibidos, ¡así que ahora es momento de que te sirvamos algunos sabrosos secretos de Yogg-Saron para que le hinques el diente!
Susurros en la noche
Yogg-Saron (iog-sa-RON) es un dios antiguo con muchos nombres, cada uno más largo que el anterior. Se ha hecho merecedor de títulos como la Bestia de las Mil Fauces, 
Aquel Que No Debe Ser Nombrado, el Demonio de Mil Caras, el Sueño Lúcido, y su favorito personal: el Dios de la Muerte. Para ser un horror cósmico con una crisis de identidad y una debilidad por los apodos extensos y prohibidos, tiene una verdadera lengua afilada. Muchísimas lenguas afiladas probablemente, ya que su rostro está formado principalmente por fauces repletas de dientes. En fin, Yogg-Saron fue condenado a un encierro eterno bajo el continente de Rasganorte, pero claramente no había forma de que soportara semejante castigo en silencio, así que utilizó sus susurros insidiosos para corromper a sus carceleros. Su estrategia consistió en enfrentarlos para luego controlarlos, tanto a ellos como a todo el complejo de la prisión.
Mientras Yogg-Saron ponía en marcha el escape de prisión más lento de la historia, su viscosa corrupción avanzaba lentamente por todo Rasganorte, amplificando sus susurros y sembrando la discordia por todo el territorio. Los druidas, liderados por Fandral Corzocelada, creyeron que podían detener su propagación con un poco de paisajismo creativo, pero las raíces del Árbol del Mundo que plantaron se hundieron hasta la prisión de Yogg-Saron. Esta equivocación monumental* le dio a Yogg-Saron la oportunidad de abrir las puertas del Sueño Esmeralda de par en par. El árbol fue destruido, pero no antes de que los dioses antiguos plantaran las semillas de la Pesadilla Esmeralda**.
No te conviene aplicar la vieja filosofía "ojo por ojo, diente por diente" con este dios antiguo. No hay forma de que ganes.
Locura a la orden
Yogg-Saron está LOQUÍSIMO por la demencia, y el poder insidioso de sus susurros lleva a las mentes mortales un poco más allá del límite con facilidad. Claro que todo buen (¿mal?) brujo sabe que para sobrevivir, hay que darle la bienvenida a una pizca de sana locura. ¿Quién podría resistirse a lanzar un hechizo como este y decir “¡Bienvenido a la casa de la diversión!”?
Tomo del cabalista
Esperamos que hayas disfrutado de esta exposición a la grandiosidad tétrica de los dioses antiguos. Con esto concluimos nuestro breve tour del terror, pero los Susurros de los Dioses Antiguos siguen avanzando lenta y sigilosamente y pronto será la hora de su revelación. Estudia y prepárate para darles la bienvenida a tus nuevos amos devorando los conocimientos ya recopilados de los dioses antiguos:
C’Thun • N’Zoth • Y’Shaarj • Yogg-Saron
Los dioses antiguos están resentidos por no haber pensado en Twitter y Facebook primero, pero puedes ayudar a esparcir los susurros de Yogg-Saron y el resto del panteón putrefacto entre tus amigos y seguidores con el hashtag #OldGods..
* Buen trabajo, Fandral.
**Excelent trabajo, Yogg-Saron. Tienes un 10, dios pilluelo. Una estrella de oro para ti.